¿En qué medida el escenario forma parte del proceso de aprendizaje? ¿Cómo afecta el escenario al resultado del aprendizaje y a las personas? ¿Qué elementos del escenario influyen en el proceso?
¿Somos conscientes del significado del escenario en el proceso? ¿Qué características atribuimos a la disposición y distribución de los elementos del escenario? ¿Cómo nos afecta esa distribución? ¿Nuestras implicación, activación y participación son determinadas por el escenario?
¿Cuál es el simbolismo de una distribución en “u”? ¿Qué genera una mesa alargada en una acción formativa? ¿Qué provoca un espacio vacío de elementos? ¿Y los escenarios online? ¿Hay uno o son muchos? ¿La actividad diaria en el área de trabajo también es un espacio de aprendizaje? ¿Cómo se representa? ¿Y en una conversación? ¿Y las reuniones de equipo? ¿En qué momentos?
¿Cuántos escenarios se ofrecen en las organizaciones (físicos, temporales y relacionales) para el aprendizaje más allá del aula?
¿Pretendemos que las personas sean actores o espectadores del aprendizaje? Quizá sea esta la condición que determina el resto.
La configuración del (los) escenario(s), como un ingrediente importante del diseño de este proceso, facilitará que las personas realmente aprendan y varíen los hábitos de trabajo.
