A uno siempre le asalta la duda de cúal es la dosis de “aprendizaje” que se puede asimilar en un momento específico y cuál es la unidad de tiempo del mismo. Habrá investigaciones…
Cuando enfocamos los procesos de aprendizaje nos gusta proponer microcambios. La traducción sería: “Microcambio: acción (derivada de un objetivo) de dimensiones lo suficientemente pequeñas para que “no altere” de manera sustancial lo que realizo habitualmente y, por tanto, se pueda integrar de manera natural en mi forma de hacer, y con la posibilidad y facilidad de ejecución se convierta en hábito. Para ello, esta acción tiene que ser percibida como “ridícula” por su aparente falta de ambición, para que se den las condiciones anteriormente descritas”.
En este sentido, el proceso de aprendizaje se fundamenta en la estructuración de ciertos cambios de hábito, entre otros elementos. Se busca salvar aquello de “ya me lo sé, pero no lo hago” y pasar “lo puedo hacer (soy capaz) y lo hago”.
Así, el primer reto pasa a concentrarse en la dimensión de la acción y en las oportunidades para “repetirla”. El foco se reorienta desde “me lo sé y luego no lo hago” a “lo puedo hacer, soy capaz y lo hago”.
El cuidado de las personas en las organizaciones
Recordaba en una conversación con unas personas cliente la frase esa de “los problemas personales se dejan en la puerta”. Les comentaba que, a pesar