En ocasiones, uno se apropia de una palabra que escucha o que comparte en una conversación porque presenta, en un principio, un trasfondo de interés. A partir de ahí, se curiosea en su significado y sus aplicaciones. Más tarde, uno se la lleva a su terreno y la reinterpreta. Y al final, la hace propia.
Me he dado cuenta que he llevado a cabo acciones y he planteado algunos enfoques en mi actividad que eran “apreciativos” y lo ignoraba. Quizá sólo sean pequeñas coincidencias, sin más.
Siempre me satisface encontrar a personas que han sido capaces de organizar, estructurar y expresar “mis pensamientos” de manera clara y sencilla. Me ayuda a comprender mejor y, sobre todo, a profundizar. Así lo incorporo en mi registro.
De esta manera, incorporar el valor “apreciativo” al aprendizaje, refuerza el planteamiento de abrir posibilidades de incrementar las capacidades, el talento y el potencial de las personas sobre sus fortalezas, a partir de lo que ya saben, ya hacen y ya están construyendo en su realidad; o dicho de otra manera, lo han aplicado con éxito, han obtenido resultados satisfactorios y lo han llevado a cabo con otras personas. Enfatiza la proyección a futuro de los procesos de aprendizaje dirigidos hacia elementos valiosos y significativos para la persona.
Así, me he apropiado de “apreciativo”.
El cuidado de las personas en las organizaciones
Recordaba en una conversación con unas personas cliente la frase esa de “los problemas personales se dejan en la puerta”. Les comentaba que, a pesar