Aprendizaje: no urgente, importante

Quizá esta fuera la respuesta mayoritaria de las Direcciones de Personas (Recursos Humanos), desde una realidad pragmática.

Siguiendo la matriz de Eisenhower, por realizar una aproximación fácilmente reconocible, ésta nos propone que lo correspondiente a ese cuadrante (no urgente, importante) “se programa”. Se trata de cuestiones, por tanto, que afectan al largo plazo, de calado.

Entonces, ¿cómo programamos el aprendizaje?

  • Promoviendo (y reforzando) un modelo de relación sustentado en los principios de seguridad psicológica.
  • Germinando un sentimiento de propiedad del aprendizaje en las personas, como una responsabilidad más del rol.
  • Combinando diferentes acciones que ubiquen (de verdad) a la persona en el centro de actuación.
  • Favoreciendo (y habilitando) que iguales se conviertan en contraste, en espejo, soporte, etc.
  • Aprovechando los errores en la actividad diaria como instrumentos de progreso, a partir de feedback de calidad.
  • Facilitando la accesibilidad a oportunidades, escenarios y variedad de recursos.
  • Considerando el aprendizaje informal como una estrategia esencial que conlleva el despliegue de un plan de acción y, sobre todo, su enriquecimiento (no su mantenimiento) en el tiempo.

Estas respuestas se enumeran como deseables, podría identificarse alguna más para completar.

Ahora bien, si alguna respuesta (de las Direcciones de Personas) fuera que el aprendizaje se cataloga como urgente e importante, maravilloso, sería oportuno entonces desplegar todas las respuestas de forma inmediata.

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