A los que nos gusta más los caminos y los itinerarios que el destino, encontramos en la curiosidad y en las diferencias un gran vehículo y, sobre todo, un gran motor. Encontramos, con frecuencia, ventanas por las que mirar, observar, contemplar y disfrutar y puertas que abrir, cruzar, atravesar, trasgredir. Y montados ahí, los caminos del aprendizaje, diarios, llenos de posibilidades y de relaciones, son más numerosos que la capacidad plena para disfrutarlos. Suerte de ser limitados. Y creemos que estamos en ese proceso de aprendizaje a lo largo de vida...